Ecos Políticos: El inevitable adiós de Alejandro «Alito» Moreno
El pueblo de México fue testigo de un contundente evento político el pasado domingo 2 de junio, la debacle electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI), una vez un titán del escenario nacional, quienes sufrieron una derrota humillante bajo la dirección de dos principales responsables: el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Alejandro «Alito» Moreno y su Secretaria General, la hidalguense y dos veces perdedora Carolina Viggiano.La magnitud del fracaso no deja lugar a dudas para la mayoría de analistas, comentaristas, escritores y periodistas: es imperativo que “Alito” rinda cuentas y presente su renuncia inmediata.
El domingo pasado, el arrollador triunfo de Morena no solo demostró el poderío del partido en el poder, sino que también subrayó la incapacidad del PRI para adaptarse y enfrentar los retos contemporáneos. Los resultados no mienten y las cifras son frías; #Morena barrió y arrasó en las elecciones, dejando al PRI en una posición ridícula y lamentable. Este fracaso no puede ser ignorado ni minimizado. Es un claro indicativo de la necesidad de un cambio drástico y urgente en la dirigencia del partido.
La gestión de Alejandro Moreno ha estado marcada por una serie de decisiones cuestionables y una falta de visión estratégica que ha conducido al PRI a la peor crisis y derrota desde su nacimiento en 1929. La desconexión con la base, la incapacidad para formar alianzas efectivas y la falta de propuestas frescas y relevantes son solo algunos de los factores que han contribuido a este descalabro electoral. Moreno ha demostrado ser un líder soberbio, inútil e incapaz de revitalizar al partido y llevarlo hacia un futuro por lo menos de sobrevivencia.
Es innegable que los despojos del PRI necesitan oxígeno y una renovación profunda. Para empezar este proceso, es imprescindible que #Alito y #Viggiano asuman la responsabilidad de la debacle y presenten su renuncia. La permanencia de Alito en el cargo solo perpetuaría el estancamiento y la desesperanza. La militancia que aun sobrevive en el #PRI, merecen un liderazgo que inspire, que sea capaz de reconstruir los puentes con la sociedad y que tenga una visión clara y moderna para enfrentar los desafíos del presente y del futuro.
La renuncia de Alito no solo es una cuestión de responsabilidad política, sino también una oportunidad para que el PRI recupere su esencia y relevancia. Nuevas caras, nuevas ideas y una nueva dirección son esenciales para que el partido se levante de las cenizas. La historia del PRI está llena de capítulos de resiliencia y reinvención; este debería ser uno más.
El fracaso del #2dejunio no debe ser visto como un fin, sino como un punto de inflexión. Es el momento de reconocer los errores, aprender de ellos y tomar decisiones valientes. Alejandro Moreno tiene en sus manos la oportunidad de hacer lo correcto: renunciar y permitir que un nuevo liderazgo tome las riendas. La historia lo ha juzgado ya.
Nos leemos la próxima.
Temístocles de Atenas.
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